¿En qué consiste la terapia?
Las personas nacemos con cierta predisposición genética, sin embargo son las experiencias que vivimos las que hacen que seamos de una forma u otra.
Desde el momento en que nacemos estamos en constante aprendizaje, podemos aprender tanto conductas positivas que nos ayudan a desenvolvernos adecuadamente en el entorno, a sentirnos bien, como conductas negativas que dificultan dicha adaptación al medio y nos generan dolor. Del mismo modo que aprendemos determinadas conductas podemos desaprenderlas.
El objetivo de la terapia es identificar cuáles son los pensamientos, las emociones y comportamientos problemáticos, que te están generando dolor y malestar, entender como se ha llegado a ese punto y juntos, trabajar de forma activa para promover el cambio y mejorar la calidad de vida, además de aprender nuevas técnicas y herramientas que te permitan enfrentar nuevas situaciones de forma más adaptativa y disminuyan la probabilidad de experimentar el problema nueva mente.
Fases de la Terapia
La terapia es un proceso estructurado, con unas fases concretas que nos ayudan a entender y a situarnos en que punto de la terapia nos encontramos.
Conocer el problema. En esta fase, el principal objetivo es obtener toda la información posible sobre el problema que te preocupa, para ello utilizamos las entrevistas personales, los cuestionarios, los registros, etc. todas estas herramientas nos ayudan a comprender que es lo que está pasando y marcarnos un punto de salida. Esta fase suele durar entre 2 y 4 sesiones.
Explicar el origen y mantenimiento. Durante esta fase, el psicólogo ya tiene toda la información necesaria sobre el problema y te explicará todo lo que necesitas saber, como y porque empezó el problema y que es lo que hace que se mantenga actualmente, juntos estableceremos cuales son los objetivos de la intervención y de qué manera vamos a trabajar para conseguirlo. Suele durar una sesión.
Modificar la situación. A través de las sesiones el psicólogo te enseñará las estrategias y las herramientas necesarias que te ayudarán a modificar la situación y que te permitirán hacerle frente de una forma más adaptativa. En esta fase lo más importante es que pongas en práctica todo lo que vas aprendiendo. La duración de esta fase varía en función del problema.
Consolidar los cambios. Cuando ya has aprendido a manejar la situación, es el momento de que empieces a funcionar tu solo. Para ello vamos espaciando las sesiones, siempre bajo la supervisión del psicólogo, que se asegurará de que los cambios que has conseguido se mantienen.
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